Ayer mientras jugábamos a Anima, hubo un amago de debate sobre la música en las partidas. ¿Es realmente necesaria? Para muchos no. Todo lo contrario; estorba, desconcentra, resulta molesto y entorpece al master justo en un buen momento de la sesión, solamente para buscar el tema acorde con el que casaría esa escena en la que nos vamos a adentrar. A otros les da absolutamente igual mientras el volumen no sea invasivo. Y el resto, bien utilizada, consideran que es una herramienta potente para envolver nuestras partidas en un mejor ambiente.
Y es que, aunque llego a entender a los que piensan que no, soy de los que me gusta utilizar la música PERO!!! (grito) creo que funciona más utilizarla en dos momentos que para mí son importantes y dejar poso en la sesión. El prólogo y el epílogo. El prólogo es el momento ideal para meter una banda sonora acorde con la introducción al ambiente. Es en la parte donde (se supone) los jugadores más atentos y receptivos están a las descripciones del escenario, situación, etc... Muchos lo hacemos. Siempre ayuda reproducir una canción que pertenezca al soundtrack de una película o un videojuego con una ambientación o temática acorde a la que estamos jugando para introducir a los jugadores en vereda. Le da un toque más, un puntito, un "el master se lo curra" y esto inspira tanto a los jugadores como a nosotros mismos, los masters, a desarrollar una sesión con más sobriedad, entereza, más implicación que al final es de lo que se trata para que podamos desarrollar momentos y escenas memorables y disfrutemos todos.
¿Y el epílogo? ese cierre de la partida, que a veces no hacemos, por tiempo, por agotamiento o por otro tipo de circunstancias, ¿qué pasa con el epílogo? Pues es otra herramienta muy eficaz para darle entereza a la sesión. Un resumen o una descripción rica sobre el punto y aparte (o final) de la aventura, la sensación y el estado de los PJs, el avance y progreso de las motivaciones y objetivos tanto corales como individuales, acompañado de una canción creo que siempre es un buen cierre de paréntesis. Adorna y eleva la calidad de la sesión. Tener siempre preparado algún tema acorde para el cierre de nuestras sesiones nos va ayudar a acostumbrarnos a realizar dichos epílogos y mejorar, de alguna manera al menos, la presencia de nuestra sesión. Como si fueran nuestros "títulos de crédito".
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